La isla del Dragón
El genetista Dane Belfast intenta seguir la pista de Kendrew, genio creador de la mecánica genética, un procedimiento para conseguir mutaciones ventajosas en sólo una generación. En su búsqueda descubrirá que el método ya ha sido utilizado para alterar los genes de seres humanos y conseguir el siguiente paso en la evolución de la especie con individuos que poseen tremendas habilidades físicas y psíquicas.
Jack Williamson presenta en esta breve novela la disyuntiva entre la competencia y la colaboración; el instinto de conservación del rebaño (el ser humano) y la aceptación del diferente (los no-humanos).
Escrita en 1951, siete años después de los indicios experimentales de que era el ADN el responsable de la transmisión de las características hereditarias, y un año antes de su confirmación mediante el experimento de Hershey y Chase, Williamson, casi a ciegas y todavía asignando a las proteínas el papel de genes, intenta pronosticar las posibilidades de las técnicas de modificación genética. Utilizando más ficción que ciencia, nos describe un mundo en el que las posibilidades son infinitas: desde poderes psíquicos (psicoquinesia, telepatía) y características físicas mejoradas (inmunidad a las enfermedades y longevidad sin límites) hasta la creación de animales capaces de sobrevivir con la fotosíntesis o árboles capaces de incorporar metales y elementos radiactivos cuyos frutos son naves espaciales Conclusiones que hoy parecen inocentes, fantásticas y arriesgadas, aunque en los últimos años se ha ido cocinando una verdadera revolución que hubiera hecho las delicias de Williamson y que pueden significar un punto y aparte en nuestra historia como especie.
Título: La isla del dragón
Autor: Jack Williamson
Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 95.
1951(edición 1985)
189 páginas