Etiqueta: Ciencia Ficción

Dramocles

92

Dramocles, soberano de Glorm, recibe una visita programada 30 años atrás en la que su destino le es revelado. Para alcanzarlo debe poner fin a tres décadas de paz (y aburrimiento) en su reino. Pronto descubrirá que no es más que un títere en una conspiración urdida por alguien muy cercano con la ayuda de una computadora bastante peculiar.

Llena de humor e ironía, Sheckley dibuja en esta pequeña novela un relato que recuerda a los embrollos de realidades de K. Dick, aunque aquí todo queda explicado. No sólo es ese complot que articula la trama; también encontramos parecido en esa mención de los “masa media”, que diría la difunta Chus Lampreave, como elemento de creación de realidades sociales a gusto de los mandatarios.

Una caricatura de la ciencia ficción de estilo “medieval”, en la que aparecen reyes, incluso un poco de magia inexplicable, hay batallas a la vieja usanza y la tecnología queda como simple recurso para que las tropas-robot o humanas se muevan de uno a otro planeta.

Divertida e inteligente, Dramocles consigue arrancar la sonrisa del lector con solvencia y dejar un buen sabor de boca. Muy aconsejable.

Título: “Dramocles”

Autor: Robert Sheckley

Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 92.

1983 (edición 1984)

159 páginas

UBIK

13Un grupo compuesto por los mejores inerciales, personas con capacidades anti-psiónicas, parten en misión a una base lunar junto con Runciter, su jefe.

Runciter asociados es la empresa más importante del ramo, que ofrece servicios de neutralización de psis (telépatas, precognitores, etc…); ahora tiene la oportunidad de asestar un golpe mortal a Hollis, otra organización dedicada a la utilización de psis con fines comerciales. Pero es viaje es una trampa: una gran explosión mata a Runciter y deja a sus empleados en una situación desesperada. La mejor opción es volver a la Tierra rápidamente y comunicar la muerte de su jefe a su esposa, Ella, que co-dirige la empresa desde la semivida, un estado previo a la muerte total que permite la comunicación con personas fallecidas a las que se ha podido conservar en una fríovaina antes de la muerte cerebral total.

Pronto, diversos acontecimientos con un denominador común, la omnipresencia de Runciter en todos los detalles cotidianos, así como el deterioro de la misma realidad, hace sospechar al grupo de que algo no va bien…

Ubik es una de las novelas más notables del escritor californiano. Muchos de sus incondicionales la consideran lo mejor de su producción.

Escrita en 1969, un año después de la publicación de su obra más emblemática, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, encontramos aquí los elementos característicos que definen la obra de Philip K. Dick: personajes con capacidades asombrosas, una realidad que no es lo que parece, mezcla de capas traslúcidas que dejan ver otros mundos conviviendo en un mismo espacio y tiempo, la religión, Dios, presente en forma de aerosol milagroso que enfoca la percepción de la realidad oficial…

El universo dickiano es un gran mosaico hiper-cubista en el que el objeto es el propio universo, que se dibuja no desde distintos puntos de vista, como ocurre con el cubismo pictórico, sino como un ente multidimensional que los personajes perciben por partes, siendo el todo imposible de asimilar y en el que deben encajar las piezas, algo imposible. Y es imposible para ellos desde dentro del libro y para el lector desde fuera, aunque cuenta con más pistas. No hay solución.

La sensación de extrañamiento que provocan todas las obras de Dick alcanza su máximo en esta novela. Una vez comenzado el viaje por sus páginas, nunca volvemos al punto de retorno. La espiral te coloca en una casilla de salida similar pero desplazada respecto al origen.

Esta experiencia de desubicación existencial cristaliza en el poder de uno de los personajes, Pat, capaz de alterar el transcurso de la línea temporal, modificando momentos anteriores en una especie de salto al vacío entre los múltiples universos de la física cuántica.

A todo esto hay que añadir la “semivida”, una faceta más en el juego de espejos de la historia.

Es difícil explicar cualquier aspecto de esta obra impresionante. Lo mejor es sumergirse en ella, dejarse mecer por la espuma cuántica y perderse en la maraña de detalles que la conforman. Ya sabéis: es inofensiva si se usa según las instrucciones.

Título: “UBIK”

Autor: Philip K. Dick

Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 13.

1969 (edición 1976)

197 páginas

Retorno a la Tierra

05Una recopilación algo peculiar, nacida bajo los efectos de bebidas espirituosas y con un tema en común: ¿Qué encontrarías si volvieses a una tierra dominada por vegetales? Cinco autores franceses recogen el guante, con mayor o menor fortuna.

Francis Carsac, en Así se aburren en Utopía,relata el esfuerzo de dos especies, actualmente en guerra, por encontrar su remoto  planeta de origen. Un planeta habitado por dos grupos de humanos, unos en un estado primitivo otros viviendo en una sociedad casi perfecta.

Pierre Marlson, en Donde la lluvia se peina en las curvas de las sombrillas, insiste en el tema del origen perdido y describe una humanidad pasiva que es alimentada y protegida por una especie de planta.

El perrito blanco que vagabundea solitario por las calles de la ciudad desierta, de Daniel Walther, describe una tierra desolada y nauseabunda imposible de habitar y cuyo aire se ha convertido en una mezcla ponzoñosa que vuelve locos a los hombres.

Philippe Curval, en Adaneva, nos presenta al último superviviente después de una catástrofe de proporciones planetarias, solitario y desorientado, con las flores como únicas compañeras.

El Valle, de Jean-Pierre Andrevon, cierra esta antología con una historia sólida en la que un personaje solitario asiste a la aniquilación desde una posición privilegiada.

Algunas de estas historias se han quedado “viejunas” en sus pocas décadas de existencia (cuanto más largo es el nombre del relato, más aburrido, por cierto). Ejemplos de escritura testosterónica, atrapada en ese estilo pseudoerótico, como si aspiraran a portada de revista underground, algo que a mí siempre me resulta tedioso si no hay algo más que rascar. Sí que son destacables Adaneva y El Valle, siendo este último el relato más consistente y evocador, con unos toques de Dr. Bloodmoney. El resto, un entretenimiento adolescente, poco más.

Título: “Retorno a la Tierra”

Autor: Jean-Pierre Andrevon, Varios Autores

Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 5.

1975 (edición 1976)

191 páginas

Lo mejor de “Fantasy & Science Fiction”

04Recopilación que incluye los seis primeros números monográficos de la revista “Fantasy & Science Fiction”, en los que se rinde homenaje a importantes escritores de ciencia ficción.

Así, encontramos relatos de Theodore Sturgeon (septiembre 1962), Ray Bradbury (mayo 1963), Isaac Asimov (octubre 1966), Fritz Leiber (julio 1969), Poul Anderson (abril 1971) y James Blish (abril 1972).

Cuando hay interés, cuando hay amor. Aquí Sturgeon elabora una historia basándose en una loca y remota posibilidad científica: la clonación a partir de células cancerígenas, que actuarían como “embriones”. Un ejemplo de lo que se puede llegar a conseguir si mezclas amor y dinero, mucho dinero.

El abismo de Chicago. Un precioso ejemplo del genio de Bradbury, en el que un superviviente de una gran guerra se rebela contra el olvido impuesto, en una cruzada por recuperar la humanidad perdida.

La llave. Una trama clásica del gran Asimov, con artefacto alienígena incluido y una hisotria paralela muy inquietante sobre un colectivo que aboga por una solución radical a la superpoblación de nuestro planeta.

Nave de sombras. En el que es, quizás, el ejemplo de narración más consistente de toda la colección, Fritz Leiber acompaña al lector por los pasillos de una nave misteriosa, con gatos parlantes, drogas y bebidas de nombres evocadores

La reina del aire y la oscuridad. Novela corta de Poul Anderson, que narra el encuentro tardío entre colonos humanos y nativos de un lejano planeta que han evolucionado primando sus capacidades “ilusionistas”.

Siglo de pleno verano. Muy interesante propuesta de Blish en la que la conciencia del protagonista se ve lanzada 23.000 años en el futuro para terminar atrapada en el cerebro de una especie de líder que ha sido despojado de sus funciones. Un futuro que parece adivinado por Hitchcok y sus pájaros.

Después de cada relato, encontramos un breve comentario sobre los autores a cargo de compañeros o amistades del escritor en cuestión, jugosas anécdotas para redondear una estupenda recopilación de historias de estos grandes maestros del género.

Título: “Lo mejor de ‘Fantasy & Science Fiction’”

Autor: Varios Autores

Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 4.

1962-1974 (edición 1976)

305 páginas

El Cerebro Verde

28En Brasil, las autoridades luchan por regenerar sus espacios naturales, infestados de nuevas especies de insectos que llegan incluso a amenazar a la población. Han alcanzado un nivel más en su evolución: el Cerebro Verde coordina y acumula información suficiente para dominar la ecología del planeta.

Frank Herbert, el conocidísimo autor de una de las sagas más reconocidas de la literatura de ciencia ficción, Dune, se mete de lleno en la rama ecológica del género con esta pequeña pero interesante novela.

Ambientada en Brasil, El Cerebro Verde narra la lucha de un grupo de guerrilleros, los bandeirantes, que se encargan de controlar la expansión de las zonas tomadas por los insectos. Pero no son estos sus únicos enemigos; la burocracia y los intereses políticos hacen de su lucha un asunto más complejo.

En tan breve número de páginas es difícil profundizar en los personajes y además conseguir el desarrollo de la trama principal. Pero Herbert hace que todo quede más o menos atado y crea una historia que es convincente. Se echa de menos algo más de detalle en la descripción del personaje protagonista de la historia, el propio cerebro verde. No tenemos una explicación de ese salto evolutivo hacia una supercolonia de distintas especies de insectos, ni tampoco una reseña sobre las capacidades impresionantes que muestra, como la imitación de otros organismos complejos.

Aún así, es un acercamiento válido al eterno terror que siente el humano hacia los artrópodos y la dificultad de entendimiento en el hipotético caso de enfrentarnos a otra especia inteligente, tanto si es alienígena o nativa, como es el caso.

Título: “El Cerebro Verde”

Autor: Frank Herbert

Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 28.

1966 (edición 1978)

156 páginas

El fin de la Eternidad

26     Andrew Harlan tiene la función de Ejecutor en la Eternidad. Es uno de los encargados de realizar sutiles cambios que crearán reacciones en cadena para que la Realidad sigua un curso pacífico y libre de sufrimientos para la humanidad. Miles de mentes de todos los tiempos trabajan para ese fin, aislados de la historia, generando innumerables cambios de realidad, encauzando el destino de la especie. Una labor que ahora puede estar en peligro por una fuerza que es capaz de de rebasar incluso las fronteras temporales y acabar con la Eternidad: el amor.

 

Esta novela de Isaac Asimov contiene todos los elementos que han definido la ciencia-ficción durante su evolución: especulaciones sobre los avances científico-tecnológicos y su efecto sobre la sociedad y el individuo, una historia ágil que atrapa desde el principio, descripciones de otros mundos (en este caso las distintas épocas futuras de nuestra civilización), un personaje principal que ostenta una gran responsabilidad y que tiene en su poder la opción de cambiarlo todo,… Resumiendo, es una gozada para el amante de la ciencia ficción clásica.

     Harlan no es el protagonista prepotente y “machito” que tanto abunda en la ciencia ficción de esas décadas. Asimov inyecta humanidad en el personaje, derramando sobre él dudas, celos, pasión e inseguridad. No es un anti-héroe, pues tiene cualidades suficientes para marcar la diferencia; es un elegido, pero eso no lo despoja de su carnalidad, y se nos presenta como otra marioneta del destino que, gracias al amor, es capaz de cortar las cuerdas que lo manejan.   Nota: se debe aclarar que eso del “amor que rebasa dimensiones” aquí es simplemente una metáfora, no una mistificación hortera como vimos hace poco en Interestelar…

El personaje femenino, Noys, que supuestamente procede de un siglo liberal en sus costumbre, no está tan definido. En cierto modo parece que simplemente era necesaria como disparador del cambio a través de la obsesión de Harlan por ella. Es la única pega, junto con un final “made in Hollywood”, que le puedo poner a este magnífico libro.

No hay que olvidar la maestría con la que Asimov trata un tema tan complejo como el del viaje en el tiempo y sus paradojas. Según transcurre la trama, el lector no tiene ningún problema para situarse entre las breves explicaciones y especulaciones científicas sobre esa hipotética Eternidad, un lugar fuera del tiempo. Ahí es donde se parecia la madera de divulgador del estadounidense, que, esta vez, no desborda al lector con datos, dejando que la acción suceda sin más. Eso sí, aderezada con una interesante reflexión sobre las implicaciones morales que se deriva del uso de una tecnología tan avanzada que modifica lo más íntimo de la propia realidad y del ser humano.

Un buen ejemplo, en definitiva, de lo que ha hecho de Asimov uno de los escritores imprescindibles del género.

 

Título: “El fin de la Eternidad”

Autor: Isaac Asimov

Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 26.

1955 (edición 1977)

276 páginas