La Radio de Darwin
Una científica que estudia los restos de virus ancentrales incrustados en nuestro ADN ayuda en una investigación en Georgia, donde se han encontrado fosas comunes relativamente recientes con cadáveres de extrañas características.
En los Alpes, un antropólogo descubre una familia Neanderthal congelada, con lo que parece ser un bebé bastante más evolucionado.
Mientras tanto, en Estados Unidos, comienzan a aparecer casos de abortos espontáneos que parecen violar todas las leyes biológicas. Son los primeros casos del SHEVA, un virus que proviene de nuestro propio código genético. Esta nueva enfermedad será la Herodes, que parece destinada a diezmar o incluso suprimir a toda una generación de fetos.
Greg Bear introduce en esta novela un escenario en el que una especie de equilibrio puntuado express hace que el ser humano evolucione en cuestión de una o dos generaciones.
El libro está repleto de referencias a la genética que diluyen la trama de la epidemia y sus consecuencias. De hecho, al final del libro, Bear incluye un breve glosario de términos científicos, y alguna explicación extra sobre lo que nos acaba de contar. No deja de parecerme, por lo tanto, que una de las intenciones del autor es la de divulgar sobre ciertos conceptos evolutivos. Es decir, que, a partir de una teoría (el equilibrio puntuado, en el que la evolución no se produciría a ritmo constante, sino a base de saltos más importantes en un periodo geológicamente breve de tiempo), el autor elabora la trama preguntándose qué ocurriría si la especie humana viviera uno de esos saltos en riguroso directo.
Esta actitud divulgativa debilita esta obra de ficción; ha forzado demasiado lo que es una teoría seria de la evolución para encajarla en un argumento de best-seller. Algunos personajes quedan desdibujados entre tanta insistencia por explicarse científicamente.
El final bueno, todo el esfuerzo por ser científicamente plausible termina con una inocencia al más puro estilo Spielberg. Un poco ridículo, la verdad. Un planteamiento muy ambicioso que se queda en poco más que un libro para pasar el rato. Una pena.