Otros días, otros ojos

80El nuevo cristal termorresistente que Garrod ha desarrollado tiene un pequeño problema: la luz que llega a una de sus caras tarda algo menos de un segundo en atravesar el grosor y surgir por el otro lado. Su vidrio retarda las imágenes, lo que impide su utilización en los parabrisas de coches y aviones. Pero ese retraso en las imágenes al atravesar este “vidrio lento“, dispara otras innumerables aplicaciones al poder controlar el tiempo que la luz tarda en aparecer por el otro lado.

Desde este punto de partida, Bob Shaw desarrolla las posibilidades del nuevo material elaborando una trama detectivesca aderezada con una casposa historia de matrimonio infeliz y estereotipado amor verdadero.

Alguna de las utilidades del vidrio lento son realmente evocadoras: Farolas que emiten la claridad del día durante la noche, ventanas utilizadas como cuadros vivos de paisajes idílicos, o la posibilidad de visualizar a seres queridos ya fallecidos.

Quizás lo más valioso del libro, aparte del exhaustivo estudio del hipotético descubrimiento, sean las últimas conclusiones sobre la desaparición de la privacidad, “Your private life will suddenly explode“, que decía L. Cohen. Una profecía que vemos cumplirse unas décadas después. Merece la pena acercarse a este relato y soñar con la idea de un mundo real visto a través del tiempo.

Título: “Otros días, otros ojos”

Autor: Bob Shaw

Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 80.

1972(edición 1983)

154 páginas

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