The Terror

Bueno, unos meses y varias actuaciones estelares después como improvisado intérprete de canción francesa, paso a comentar el último disco de los de Oklahoma. Los tornados, afortunadamente, no pudieron con ellos, pero su música parece haber volado a un reino de Oz en negativo. Mágico, pero con cierto toque de mal rollo…Vamos, que la bruja mala aquí no ha muerto aplastada por la casa, de eso estoy seguro.

Los experimentos con canciones de horas de duración (una de 6h y otra de 24h, que yo sepa) han influido notablemente en este The Terror. No sé si positivamente, porque lo que como experimento es interesante, aquí queda huérfano. No es un mal disco, pero no es uno de los mejores de su carrera.

Canción a canción, The Terror suena así:

Look… The Sun Is Rising – Denso comienzo, tan denso como la portada saturada en complementario. Una base rítmica obsesiva, voces empapadas en eco y una sencilla melodía distorsionada. “Mira, está saliendo el sol. ¿Qué nos amará ahora?”

Be Free, A Way – Sin solución de continuidad con la anterior, de nuevo ambiente opresivo, una nueva base rítmica similar a la anterior y efectos, muchos efectos, en todos los sonidos y voces. “El camino, un camino. Pero, ¿Cómo podemos ser libres cuando todos nuestros días están vacíos? ¿Es el amor un dios al que controlamos, para  intentar confiar en el dolor?”. Una coda final, tranquila e incluso esperanzadora.

Try To Explain – Irrumpiendo en el final anterior, de nuevo otro ritmo machacante, como un helicóptero encima de nuestras cabezas. “Intentar explicar por qué has cambiado, creo que no lo comprendo. Intentar explicar por qué te marchas, creo que no lo comprendo”. Un insistente zumbido, una base armónica sencilla y sonidos saturados acompañan a esta letra de aparente desamor. Una nueva coda, con la voz de una mujer, nos lleva a la canción más larga del disco.

 

You Lust – Un ritmo más calmado, una pequeña melodía de cuatro notas, que se repite durante toda la canción, incontables “glitchs”, ruidos y distorsiones. “Lust to succeed”, que yo traduciría como “Lujuria para triunfar”… En mi opinión, excesivamente larga y desesperante. La coda en este caso, larga, casi una canción entera, de nuevo con esas frases pronunciadas por una mujer y un pequeño coro en falsete; minimalismo sucio, y un descanso de la desesperación.

The Terror – Continúa el ritmo obsesivo, un colchón de sonidos agudos acompañados de un murmullo grave. “De cualquier manera que pueda ayudarte el amor, todos estamos solos. El terror está en nuestras cabezas, no manejamos los controles. Un intervalo de 3 semitonos hacia abajo irrumpe distorsionado en primer plano, repitiéndose machaconamente. La coda, en la lejanía, inquietante, nos lleva al siguiente tema.

You Are Alone – El ritmo golpea de nuevo en el fondo, con lo que parecen ser sonidos de alarmas, urgentes y de otro mundo. “Sólo oigo el sonido de tu éxtasis. Lo suficiente para despertarme de mis miedos…. No estás solo. Estás solo.” No estás solo, en voz en falsete. Estás solo, en voz más grave.

Butterfly, How Long It Takes To Die? – Por una vez el ritmo tiene algo de variación, y las sirenas de la canción anterior se transforman en una melodía breve ascendente, hipnótica, reverberada hasta el infinito y flanqueada por guitarras hirientes. “Puedes ver el universo comenzar, fabricando un nuevo sol en un cielo nuevo. Puedes ver que el universo se acaba, fabricando una nueva oscuridad en una nueva noche”. Coda inquietante, como un lamento, que termina en voces de ultratumba.

Turning Violent – Con un comienzo que recuerda muchísimo al “Welcome to the Machine” mezclado con “Echoes” de Pink Floyd, enseguida entra la letra, en falsete. A la mitad, una guitarra violenta el clima de la canción (y de todo el álbum), que termina en un caos de ruidos distorsionados que paran en seco. “Volviéndonos violentos, cuéntamelo todo. Date, date la vuelta. Quieres violencia, no te vuelvas violento”.

Aways There In Our Hearts – Una especie de vocoder grave domina el principio de la canción. “Siempre allí, en nuestros corazones, miedo a la violencia y a la muerte; hay amor y hay dolor; hay maldad que quiere salir; hay penas y tristeza; nunca comprendiendo; algo puro que no podemos controlar”. El motivo de “The Terror”, ese intervalo, aparece aquí de nuevo, esta vez partido por frenéticas subidas y bajadas de volumen. Un final repleto de ecos que termina abruptamente.

 

En definitiva, no es un disco de fácil escucha. Su ambiente general es angustioso, una mezcla entre lo-fi y alta tecnología. Ni siquiera el final del Zaireeka, con 4 discos llenos de ladridos de perros, es tan opresivo como lo es este disco.
En cuanto a la temática, a veces da la sensación de ser un disco de desamor, de rabia, de incomprensión, un asunto personal, pero enseguida entramos de lleno en las preocupaciones metafísicas típicas de Wayne Coyne. Él mismo decía que el Terror es que, incluso sin amor, podamos seguir viviendo.
The Terror tiene que verse como obra completa, y, en ese sentido, es admirable el trabajo visual que lo acompaña. La portada habla por sí sola sobre lo que puedes esperar del contenido del disco. Y, lo poco que he visto de los conciertos, bueno… habrá que replantearse ampliar la definición de “freak”, porque esto lo sobrepasa:

 

Siempre intentando sorprender, siempre hacia adelante. Una sorpresa para muchos este disco pesimista, pero el hecho de avanzar y no quedarse parados hace de esta propuesta algo a tener muy en cuenta. Después de todo, dentro de cada uno de nosotros también hay mucha porquería que ventilar.

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