23 mayo, 2011
En la Luna
Pasé tanto tiempo en la Luna, que se me olvidó cómo olía la Tierra. La luz del agua, se me olvidó. Las mareas que durante tanto tiempo ayudé a provocar, se me olvidaron; su vaivén y su aroma húmedo. El sonido de los insectos, sus picaduras, su color oscuro, se evaporaron y mi cabeza no los recordaba. Ni las sombras difusas en un día nublado, ni el color del viento en un día de otoño; ni siquiera la piel de las personas, el pelo de un gato esquivo o las plumas de los gorriones insomnes. Sólo vivía el silencio. Fue entonces cuando caí de nuevo y desperté del golpe. ¡No recordaba cómo se parecía la Tierra a la Luna!