Antes de meternos de lleno en The Terror, un video del anterior disco del grupo de Oklahoma. La canción es Ashes in the Air, una colaboración con Bon Iver.
Cada vez hacen mejores videos, pero, aviso para navegantes: contiene imágenes desagradables.
Me gusta especialmente la integración de los diseños de ruidos visuales verticales que han estado utilizando para las colaboraciones de los últimos 2 años.
Un par de videos que he encontrado en YouTube con parte de las sesiones de grabación del nuevo disco de The Flaming Lips, “The Terror” que saldrá a la venta físicamente en abril:
Un sonido oscuro, con muchos efectos
No me extraña que les salga un trabajo tan perturbador con esa monja enana leyendo la biblia que preside el estudio…
En palabras de Wayne Coyne:
¿Por qué haríamos esta música que es “El Terror”, este disco oscuro y perturbador? No quiero conocer la respuesta que creo que surgiría. Quizás este sea el principio de la respuesta.
Si tenemos amor, damos amor y conocemos el amor, estamos realmente vivos, y si no hay amor, no habría vida. El Terror, que ahora conocemos, es que incluso sin amor, la vida sigue… simplemente seguimos adelante… No llega la misericordia de la muerte.
Ya veremos el resultado final. Sin duda, será interesante.
Recién salido del horno, el último video de The Flaming Lips, especie de adelanto de “The Terror“, nuevo disco de estudio que saldrá a la luz en Abril. Y digo “especie de adelanto” porque parece ser que el sonido no tiene mucho que ver con la renovada psicodelia de la época del “Transmissions from the Satellite Heart” que caracteriza a esta nueva canción.
Hyundai la utilizará mañana en un divertido anuncio que se emitirá durante la Super Bowl en Estados Unidos, un evento en el que las compañías pagan millonadas para colocar sus productos:
No es la primera vez que se utilizan canciones del grupo para comerciales. También pasó con “Do You Realize?” o “The W.A.N.D.”
Como siempre, los de Oklahoma dándole otra vuelta de tuerca a su manera de entender la música. Uno puede esperar cualquier cosa de ellos. Parece que “The Terror” será eso exactamente. Lo esperamos con ansiedad.
Nueva entrega de las alucinaciones neo-psicodélicas de los de Oklahoma.
The Flaming Lips and Heady Fwends es un recopilatorio de las colaboraciones del grupo en estos dos últimos años, después de que terminara su contrato con Warner Bros, que podían encontrarse en numerosos eps y ediciones especiales. Colaboraciones con gente tan dispar como Bon Iver, Yoko Ono, Nick Cave o Erykah Badu.
Tras una primera escucha, se advierte el toque embryonic, que ya supuso una vuelta a los sonidos más crudos de la psicodelia de su primera época. Ahora, acompañados por músicos de distinta procedencia, algunos consagrados, otros no tanto, han conseguido de nuevo una colección cohesionada, sin fisuras y muy potente, a pesar de lo ecléctico de los colaboradores. Toda una sorpresa para los fans que, por supuesto, ha tenido su broche estrambótico con una edición al nivel de sus calaveras de gominola: Una serie limitada (limitadísima ) de vinilos transparentes con un líquido rojo en su interior que, sí, es sangre de los propios Flaming Lips y de algunos de los colaboradores del disco:
2012 (You Must be Upgraded), con Ke$ha, Biz Markie y Hour of the Time Majesty 12. ¿Que se acaba el mundo? Pues vale, lo que tú digas. Yo me actualizo y punto; y mientras tú te preocupas y sufres, yo lo disfruto. Más o menos es lo que nos viene a decir esta potente y corrosiva canción, preludio de la fuerza de todo el álbum.
Ashes in the Air, con Bon Iver. Como confiesa Wayne, no se encontraron en ningún momento, todo consistió en intercambio de archivos. Una canción post-apocalíptica, en línea con la anterior. Tú y yo estamos en el mismo hoyo; tú sueñas con maneras de salir y yo me acostumbro al frío. Dream pop distorsionado.
Helping the retarded to know God, con Edward Sharpe y The Magnetic Zeros. El retrasado al que se refiere la canción es el propio Wayne, en referencia a una anécdota de infancia con una chica con síndrome de Down, y cómo ésta le enseñó la empatía y la autoconfianza. Podemos oír cómo se ríen de nosotros, juzgándonos a cada momento. Me gustaría ser como tú, que no les haces ni caso. Dream pop des-distorsionado.
SuperMoon Made Me Want to Pee, con Prefuse 73. Canción de los Flaming Lips, pasada por el tamiz cósmico de Prefuse 73 (Guillermo Scott Herron). Parece que muchos amigos del grupo comentaban que la visión de la SuperLuna (que se da cada 18 años, aproximadamente, cuando la Luna se encuentra en el perigeo, su punto más cercano a la tierra y además está llena) les hizo sentir ganas de orinar. Una muestra de Power Pop psicodélico que hace de esta canción una de las más recomendables del disco por su potencia y deshinibición.
Children of the Moon, con Tame Impala. Una canción sobre el amor cósmico, en una especie de buenrrollismo hippie, cantada por Tame Impala. Muy distorsionada y, para mí, un momento de bajón que no le viene muy bien al disco, pero no está nada mal.
That Aint my Trip, con Jim James de My Morning Jacket. Una potentísima guitarra muy distorsionada, con unos coros bastante zaireekianos, para despertarnos de la anterior.
You, Man? Human???, con Nick Cave. Una especie de viaje con ácido hecho canción, con Nick Cave gritando una letra sin sentido acerca de piscinas y tijeras de podar. Muy potente, preludio paranoico del siguiente viaje lisérgico.
Im Working at NASA on Acid, con Lightning Bolt. Probablemente las dos cosas más flipantes para alguien que es capaz de meter sangre en un vinilo: trabajar en la NASA puesto de ácido. Psicodelia del siglo XXI en estado puro. Si esto lo escucharan los Mayas, dirían: ¿Veis? El mundo tal como lo conocemos se ha terminado. Estructurada en tres movimientos, separados por un one, two, three, four recitado por un gnomo, una grandiosa canción en la que lo más pequeño se fusiona con lo más grande: Le preguntaré al insecto cómo vuela. Le preguntaré otra vez: ¿Siente dolor cuando muere?
Do It!, con Yoko Ono/Plastic Ono Band. La fluxus debía estar en su salsa haciendo esta colaboración a distancia. Simplemente, ¡Hazlo! Toda la filosofía de la banda de Oklahoma en una sola frase desgañitada por una de las protagonistas del arte del siglo XX.
Is David Bowie Dying?, con Neon Indian. Pues parece que no, que no se está muriendo, que está haciendo de padrazo, pero supongo que el título se refiere a otra cosa, quizás a la muerte de una manera de hacer música, no lo sé. La letra trata sobre alguien que se separa de su funda carnal y se dirige hacia los mortales rayos del sol. Si tuviera que relacionarlo con Bowie, sería con el Hours, que es un disco realmente triste y deprimente. Otro momento de bajón en la línea del álbum, este no tan discutible como Children of the moon.
The First Time Ever I Saw Your Face, con Erykah Badu. Una preciosa canción que cantaba Roberta Flack y que alcanza cotas de belleza inigualables en esta versión. Una maravilla que ya tiene video polémico:
La primera vez que ví tu cara, pensé que el sol amanecía en tus ojos, y que la luna y las estrellas eran regalos que tú habías donado a la oscuridad y a los cielos infinitos. La primera vez que besé tu boca, sentí la tierra moverse en mis manos, como el corazón tembloroso de un pájaro cautivo. La primera vez que me acosté contigo, sentí tu corazón tan cerca del mío, y supe que nuestra alegría llenaría la tierra y duraría hasta el final de los tiempos, amor mío.
Un vídeo crudo que encaja a la perfección con la obsesión vaginal de Wayne Coyne aderezada con un mal viaje de ácido lleno de sangre y semen. Visualmente es de lo mejor que han hecho en su carrera.
Girl, Youre So Weird, con New Fumes. O cómo hacer una canción a partir de la anécdota de una pareja que se sienta en el baño a ver cómo orina el otro. Después de la maravilla anterior, aparece como el principio del epílogo que finaliza con la última canción del disco.
Esta canción también tiene un video, menos impactante que el anterior, pero que sigue con esa obsesión por el cuerpo femenino. También hecho entre amiguetes en el garaje, al más puro estilo Flaming Lips, el resultado es más dudoso estéticamente.
Tasered and Maced, con Aaron Behrens de Ghostland Observatory. Violencia policial a través de una historia contada por Aaron, cantante de Ghostland Observatory, para cerrar un disco excelente.
Resumiendo: Muy notable vuelta de los de Oklahoma, que siguen llevando al límite su filosofía, incorporando sangre fresca (nunca mejor dicho ) a su visión del rock.
Un pequeño resumen de los conciertos a los que asistí:
Magnetic Fields:
Un concierto frío, en su estilo. Stephin ha renacido como osito y dan ganas de comérselo. Excelentes canciones, adorable voz de barítono y un verdadero placer estar de nuevo en sus manos. Buen comienzo de festival. A Stephin podría decirle uno eso de “si tú me dices ven, lo dejo todo”. La versión de “The Book of Love” fue cautivadora.
Hidrogenesse:
Señores organizadores: aclárense con el uso que le dan al auditorio durante el festival, porque es un poco ridículo. No pude verlos.
Kiko Veneno:
Sonido espectacular. Se nota dónde hay tablas. Tiró de éxitos, cosa que le agradezco, y el público disfrutó de lo lindo. Después de la frialdad (maravillosa) de los Magnetic, el extremo contrario: sangre latina y flamenca a rabiar. Estupendo.
PULP:
A medio gas, sinceramente. El espectáculo visual era estupendo, pero los encontré demasiado místicos y no me gustó demasiado
The Gossip:
Escuché unas cuantas canciones desde lejos y sonaban estupendamente (creo que a esa mujer no le hace falta micrófono).
Yuck:
No los conocía, y me parecieron un pelín aburridos. No están mal, pero no lograron enganchar. Además estaba lloviendo y eso deslució un poco su concierto. Me parecieron un poco “flipados”, en el peor sentido de la palabra. Muy depresivos.
Bigott:
Sin palabras. Me declaro oficialmente fan de ese hombre. Merece la pena por la música y por el grandioso espectáculo que ofrece con su “danza moderna”. Nos hizo pasar un muy buen rato. Muchísimas gracias.
Mogwai:
Exceptuando el fallo técnico después de la primera canción (por cierto, grandioso el comentario de alguien cerca de mí: “¡¡¡CTRL ALT SUPRIMIR!!!”), el concierto fue una orgía de ruido muy bien elaborado. Todavía me sangran los oídos. Realmente espectacular. Me gustaron bastante.
The Flaming Lips:
Desgraciadamente la palabra “corto” es la primera que viene a mi mente. Una hora escasa, que supo a poco. Por lo demás, el habitual confeti, balones, Wayne dentro de su bola de plástico sobre el público, manos gigantes, megáfono y video desde el micro… Es decir, la hostia. Me siguen pareciendo una de las experiencias en vivo más espectaculares de los últimos tiempos. Son como unos Pink Floyd caseros. No he tenido la suerte de ver a estos últimos, pero es la segunda vez que veo a Wayne y espero repetir. Hay quien denosta esta especie de “fiesta” algo infantil, como si no fuera lo suficientemente serio, como si fuera un simple ejercicio de “frikismo”. Quién así lo piense, está en su derecho, pero no entiende cómo funciona la vida y el universo. Su condena será un concierto infinito de Yuck…
Muy buen fin de semana, en definitiva, con buena compañía, buena música y que terminó con un caldero junto al mar. Me llevo de vuelta buenos recuerdos, dos piedras de lapilli del Etna (sí, sí, del Etna), la convicción de que mi barba está de moda y nuevas amistades… ¿Qué mas se puede pedir? (Bueno, yo pediría más, pero me temo que es imposible)