En esta pequeña novela, el autor no es el Clifford D. Simak que se puede encontrar en “Ciudad” o “Estación de Tránsito“. La diferencia de calidad e intensidad entre esas obras maestras de la ciencia ficción y esta novela es enorme.
Los elementos principales de la historia son expuestos en el primer párrafo: Una tarde de verano, se abre una puerta en medio del campo y comienzan a salir personas, miles de ellas. Son “los hijos de nuestros hijos”, habitantes del futuro que se ven obligados a escapar de su época debido a una invasión extraterrestre contra la que no pueden hacer nada. Una vez aquí, los gobiernos terrestres tienen que hacer frente a los problemas que surgen debido a esta repentina aparición de millones de seres humanos.
Durante toda la novela, la trama no llega a variar mucho de esta premisa inicial, e incluso los elementos de sorpresa son predecibles y están poco desarrollados. El argumento es una buena idea, pero no llega mucho más allá.
No diré que no merece la pena acercarse a este librito (son 154 páginas), porque, después de todo, es Clifford D. Simak, y la idea es bastante atrayente, pero no llega a cuajar lo suficiente para conmover al lector, algo que en otras novelas consigue con maestría, aunque no es mala elección si se quiere simplemente pasar un buen rato con una historia de ciencia ficción y viajes en el tiempo.
Título: “Los hijos de nuestros hijos”
Autor: Clifford D. Simak
Ed. Martínez Roca, Superficción, nº 1.
1974 (edición 1975)
155 páginas