Los escritos irreverentes, Mark Twain
Una sorpresa muy agradable este librito de retazos, publicados décadas después de la muerte del autor. Con lógica aplastante, mucha sorna y cierta perplejidad, analiza parte de los textos sagrados del cristianismo, entrando de lleno en temas como la enfermedad y la muerte. La brutal ironía de algunas páginas es impagable, capaz de dejar con la boca abierta al más descreido de los lectores.
“Pero con el tiempo la Deidad decidió que se había equivocado con la muerte, porque se le estaba quedando corta. Es decir, que como agente no bastaba porque aun siendo admirable a la hora de atormentar al superviviente, permitía al muerto propiamente dicho refugiarse de toda persecución una vez enterrado en la bendita tumba. Esto no era satisfactorio. Había que idear una forma de perseguir a los muertos más allá de la tumba. La Deidad rumió este asunto durante cuatro mil infructuosos años, pero en cuanto llegó a la Tierra y se hizo cristiano se le aclaró la mente y supo lo que debía hacer. Primero inventó el Infierno y luego lo anunció.”
Colors, Beck
Suena como si los Foo Fighters tuvieran un hijo con los B-52’s y este se fuera de fiesta con los Scissor Sisters a un after. Beck vuelve con una coctelera, agitándola con mucha fuerza. Todo muy loco.
Escucha la canción del viento – Pinball 1973, Haruki Murakami
Las dos primeras novelas (escritas en la mesa de la cocina) del escritor nipón, en las que seguimos las andanzas de dos personajes jóvenes en su paso a la madurez. Escucha la canción del viento es más ortodoxa, y Pinball 1973 comienza a introducir los elementos de esa especie de realismo mágico a la japonesa que caracteriza la obra del autor. Esta última está mejor estructurada, aunque ambas parecen un poco deslabazadas, siendo las conexiones entre historias paralelas como hilos de telaraña. Aún así, es una lectura interesante y se vislumbra la gran capacidad de Murakami para construir relatos creíbles pero que rozan lo sobrenatural.
Utopia, Björk
Björk está alcanzando la vaporosidad definitiva a base de tecnología. A veces funciona, como en “The Gate”, pero en general la falta de melodías claras, el exceso de ruidos y las flautas despistadas no terminan de crear una mezcla convincente. Desde luego no es lo mejor de la islandesa. Visualmente, y en eso sí que no falla, sigue impactando con sus nuevas propuestas, pero esta duendecilla con antepasados Klingon resulta un poco aburrida musicalmente.
La materia oscura y los dinosaurios, Lisa Randall
Partiendo de la suposición de que la materia oscura no está compuesta únicamente por un solo tipo de partícula, Lisa Randall especula sobre la posibilidad de la existencia de un disco de materia oscura en el plano de la galaxia. De momento, los datos y teorías la consideran repartida formando una esfera, pero si entre las hipotéticas partículas oscuras existen fuerzas no conocidas y aquellas no están únicamente afectadas por la gravedad podrían acumularse en el plano galáctico, como ocurre con la materia normal. Ese es el verdadero tema del libro. Los dinosaurios del título hacen referencia a las grandes extinciones, pues la influencia gravitatoria de ambas materias provocaría una lluvia de cometas en el sistema solar interior cuando el sol cruza el plano en su traslación por la galaxia.