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Reseñicas-11-2017-LM

twainirrevLos escritos irreverentes, Mark Twain

Una sorpresa muy agradable este librito de retazos, publicados décadas después de la muerte del autor. Con lógica aplastante, mucha sorna y cierta perplejidad, analiza parte de los textos sagrados del cristianismo, entrando de lleno en temas como la enfermedad y la muerte.  La brutal ironía de algunas páginas es impagable, capaz de dejar con la boca abierta al más descreido de los lectores.

“Pero con el tiempo la Deidad decidió que se había equivocado con la muerte, porque se le estaba quedando corta. Es decir, que como agente no bastaba porque aun siendo admirable a la hora de atormentar al superviviente, permitía al muerto propiamente dicho refugiarse de toda persecución una vez enterrado en la bendita tumba. Esto no era satisfactorio. Había que idear una forma de perseguir a los muertos más allá de la tumba. La Deidad rumió este asunto durante cuatro mil infructuosos años, pero en cuanto llegó a la Tierra y se hizo cristiano se le aclaró la mente y supo lo que debía hacer. Primero inventó el Infierno y luego lo anunció.”

BeckColorsColors, Beck

Suena como si los Foo Fighters tuvieran un hijo con los B-52’s y este se fuera de fiesta con los Scissor Sisters a un after. Beck vuelve con una coctelera, agitándola con mucha fuerza. Todo muy loco.

 

 

pinball1973

Escucha la canción del viento – Pinball 1973, Haruki Murakami

Las dos primeras novelas (escritas en la mesa de la cocina) del escritor nipón, en las que seguimos las andanzas de dos personajes jóvenes en su paso a la madurez. Escucha la canción del viento es más ortodoxa, y Pinball 1973 comienza a introducir los elementos de esa especie de realismo mágico a la japonesa que caracteriza la obra del autor. Esta última está mejor estructurada, aunque ambas parecen un poco deslabazadas, siendo las conexiones entre historias paralelas como hilos de telaraña. Aún así, es una lectura interesante y se vislumbra la gran capacidad de Murakami para construir relatos creíbles pero que rozan lo sobrenatural.

 

 

utopiabjorkUtopia, Björk

Björk está alcanzando la vaporosidad definitiva a base de tecnología. A veces funciona, como en “The Gate”, pero en general la falta de melodías claras, el exceso de ruidos y las flautas despistadas no terminan de crear una mezcla convincente. Desde luego no es lo mejor de la islandesa. Visualmente, y en eso sí que no falla, sigue impactando con sus nuevas propuestas, pero esta duendecilla con antepasados Klingon resulta un poco aburrida musicalmente.

 

matoscdinosaurLa materia oscura y los dinosaurios, Lisa Randall

Partiendo de la suposición de que la materia oscura no está compuesta únicamente por un solo tipo de partícula, Lisa Randall especula sobre la posibilidad de la existencia de un disco de materia oscura en el plano de la galaxia. De momento, los datos y teorías la consideran repartida formando una esfera, pero si entre las hipotéticas partículas oscuras existen fuerzas no conocidas y aquellas no están únicamente afectadas por la gravedad podrían acumularse en el plano galáctico, como ocurre con la materia normal. Ese es el verdadero tema del libro. Los dinosaurios del título hacen referencia a las grandes extinciones, pues la influencia gravitatoria de ambas materias provocaría una lluvia de cometas en el sistema solar interior cuando el sol cruza el plano en su traslación por la galaxia.

 

 

 

 

1Q84

1q84_12_3Pequeños cambios, casi imperceptibles, hacen reflexionar a Aomame sobre la increíble posibilidad de que el mundo se haya transformado. Una acción tan irrelevante como bajar unas escaleras de emergencia en una autopista abarrotada, la introduce de lleno en una realidad alternativa, a la que terminará llamando 1Q84, en contraposición al año en curso, 1984.

Tengo, profesor interino de matemáticas y aspirante a novelista, se ve inmerso en un fraude editorial pergeñado por Komatsu, su editor. Deberá reescribir el relato de Fukaeri, una extraña adolescente, que cuenta una historia fantástica sobre unos seres a los que llama “little people”. Esa narración, “La crisálida del aire”, es la clave que permitirá el esperado encuentro entre Aomame y Tengo, separados desde la infancia.

Murakami estructura esta compleja historia orbitando alrededor de estos dos protagonistas predestinados a unirse, a los que dedica capítulos alternativos, con la excepción del tercer libro, en el que añade capítulos dedicados a Ushikawa, un peculiar detective privado.

Las andanzas paralelas de Aomame y Tengo son independientes y gracias a ellas el autor nos desvela las peculiaridades de un mundo dominado por una suerte de realismo mágico, en el que existe la llamada “little people”, que es, literamente, eso: gente pequeña.

Estos seres (que no puedo evitar imaginármelos como la pareja de ancianos en esa peculiar escena final de Mulholland Drive) parecen controlar esta realidad a través de un complejo mecanismo de “receivers”, “perceivers”, “daughters” y “mothers” en forma de clones que obtienen fabricando crisálidas a partir de fibras de aire…

Murakami es conocido por utilizar la música como inspiración o punto de partida de sus narraciones. En este caso destaca la importancia de la peculiar Sinfonietta, del compositor checo Leoš Janácek, presente desde las primeras líneas, justo antes del desembarco de Aomame en 1Q84.

 

Al terminar la lectura, uno queda con una sensación extraña. Por un lado es obvio que, para contar lo que cuenta, podría haberse ahorrado, al menos, el pico de las más de 1300 páginas de las que consta el libro. No obstante, Murakami hace navegar al lector con facilidad entre las vidas de todos los personajes; en muchas ocasiones más de la mitad de un capítulo se dedica a repasar vivencias y sensaciones que se alejan por completo de la temática principal.

Pero es que la dicotomía 1984 – 1Q84, el “BIG BROTHER” frente a la “little people”, que también observa y controla pero sin intención totalitaria alguna, como dioses ajenos a todo, y el resto de elementos fantásticos; todo ello es, tal vez, una elaborada excusa para hurgar en lo más íntimo de los personajes.

Por ello, el final no parece conclusivo, y la impresión es la de estar ante un extensísimo ejercicio de estilo.

De que habla Murakami cuando habla de correr

Casi cinco meses sin escribir por aquí, ya iba siendo hora de actualizar. Podría culpar al trabajo, a la falta de tiempo, pero la verdadera razón es la pereza. Siempre me viene a la mente esa estrofa con la que empieza una canción de Fangoria:

“Mi indiferencia natural, curtida en mil batallas contra la pereza”.

Y me siento identificado con esa frase, porque a veces siento que mi vida es una lucha constante contra la desgana. A veces gano, afortunadamente, y la indiferencia desaparece por unos instantes.

De la pereza, de la lucha contra ella, de la motivación, de la determinación a hacer algo que quieres, de la creatividad, y, por supuesto, de correr, trata este libro de Murakami, un escritor del que conocía “Kafka en la orilla” y su colección de cuentos “Sauce ciego, Mujer dormida”, y que ni sospechaba que fuera corredor de maratones.

Llegó a mis manos junto con otro libro (de Punset) y un par de rosas (gracias, Antonio, eres un sol). Es un pequeño gran libro, en el que el autor desgrana con sinceridad sus sensaciones a la hora de correr, y también a la hora de escribir. Mientras lo leía pensaba en este blog, y en las zapatillas que me regaló Vidal, otro corredor, que están ahí aparcadas esperando que un día de verano me decida a ganar una de esas pequeñas batallas mentales que tanto me inhabilitan en mi vida cotidiana.

Es un libro corto, pero que merece la pena. Me gusta mucho la ficción, y me gusta la ficción de Murakami, pero siempre me ha parecido excepcional que alguien se desnude para contar sus frustraciones y miedos, y sus victorias personales; que las comparta, que nos haga sentir menos solos, comprendidos.

No me ha dado por correr, no es el propósito del libro convencer al lector de lo bueno que es el deporte, pero gracias a él he reflexionado calmadamente sobre la vida, y me ha sentado bastante bien.