No fueron bombas nucleares, no fue el calentamiento global. Tampoco un cometa se estrelló contra nuestro planeta. No. Lo que casi acabó con nosotros fueron los muertos vivientes.

Max Brooks documenta en este libro, a través de entrevistas, el inicio, desarrollo y conclusión de la mayor catástrofe a la que se ha tenido que enfrentar la humanidad.

La cadena de testimonios comienza en China, en Chongqin, una ciudad de más de 30 millones de habitantes antes de la guerra y que ahora sólo cuenta con 50.000 almas. La catástrofe también comenzó en el pais asiático, donde se documentaron los primeros casos.

Desde esos días, cuando no estaba claro lo que sucedía, el libro recoge momentos clave en la historia de la confrontación entre los vivos y los muertos. Una batalla desigual, pues uno de los bandos causaba bajas en el contrario, mientras que el otro, por cada baja del rival, aumentaba sus filas.

Así, Max Brooks, sus entrevistados, repasan los momentos de angustia, las apabullantes derrotas, el terror de asistir a la decadencia definitiva de la humanidad y de su estilo de vida. El fracaso humano (des)encarnado en monstruos con el aspecto de familiares y vecinos, que lanzan mordiscos aun sin miembros, sin cuerpo, bajo el agua, o atrapados en el coche en el que intentaban huir. Y también el resurgimiento del ser humano vivo que, aliado con el gélido invierno, consigue controlar el armagedón.

Un estupendo libro, resumen imprescindible que aglutina lo más importante de la lucha de los vivos contra los muertos, de esa lucha que seguimos manteniendo entre la cordura y la más aberrante de las locuras.