Este es un libro perfecto para fanáticos de la exploración planetaria. Un excelente paseo por todos los misterios que todavía esconde nuestro vecino helado. Excelentes fotografías, la mayoría de ellas tomadas desde la órbita de los satélites enviados por la NASA y otras tomadas a ras de suelo desde las sondas Viking y los más recientes rovers marcianos.
La editorial akal ha elegido una presentación perfecta, simulando un típico libro – guía turística, aunque lo que encontremos dentro sea divulgación científica con multitud de detalles y enfocado, como no podía ser de otra manera, desde el punto de vista de la geología.
No deja en el tintero la interesante historia de la relación de los humanos con el planeta rojo, desde su relación mítica con el Dios de la Guerra, pasando por los canales y la polémica “cara de Marte”, que, a pesar de las nuevas imágenes demostrando que sólo es un accidente geológico, sigue causando furor entre los que prefieren aferrarse a estos supuestos “misterios” obviando las pruebas.
Precisamente este es un libro lleno de incógnitas que no tienen nada que ver con marcianos de piel verde, aunque, por supuesto, dedica gran parte de su extensión al mayor de los interrogantes marcianos: ¿Hubo alguna vez vida en Marte? ¿Hay alguna posibilidad de que siga existiendo, incluso a un nivel unicelular, en los depósitos de hielo o incluso de agua líquida en el subsuelo?
La presencia de agua está más que comprobada y es realmente fascinante seguir al autor en el recorrido geográfico por las zonas más interesantes del planeta, desgranando las pistas que ayudan a resolver un puzzle al que todavía le quedan muchas piezas sueltas. Fascinantes imágenes de antiguos caudales, coladas de lava recientes, campos de dunas de miles de kilómetros cuadrados…
No podían faltar las dos mayores atracciones de Marte por su grandiosidad:
Olympus Mons, el volcán más alto del sistema solar con sus 21 kilómetros sobre el nivel medio de la superficie de marte, situado en Tharsis, un descomunal domo de lava de 9 kilómetros de altura media, que contiene otros tres “megavolcanes” y que ocupa una cuarta parte del hemisferio occidental del planeta
Marineris Vallis, en el que cabrían cientos de cañones del colorado y que puede que sea una muestra de tectónica de placas en un planeta que se pensaba geológicamente muerto.
Mapa de Marte en el que se aprecian las distintas elevaciones con un código de color. Cuanto más azul, menos altura. Las zonas naranjas y rojas son llanuras elevadas, y las manchas blancas, volcanes de más de 12 km de altura. Olympus Mons es la mancha blanca situada al Oeste, acompañada de los tres volcanes de Tharsis: Ascraeus, Pavonis y Arsia. Marineris Vallis parte de Tharsis y se dirige hacia el Este como una línea azul. Las dos manchas azules del hemisferio sur son cuencas de impacto: Argyre Planitia y Hellas Planitia, de izquierda a derecha.
William K. Hartmann es especialista en datacion por cráteres y uno de los inventores del sistema que se utiliza en la actualidad para calcular las edades de zonas poco o nada expuestas a la erosión en otros planetas y satélites. También es dibujante y ha escrito alguna novela de ciencia ficción ambientada en Marte.
Mientras disfrutaba con este libro, no dejaba de venirme a la cabeza la famosa trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson, de la que ya comenté algo en este blog. Éste que ahora nos ocupa y Marte Rojo, Marte Verde y Marte Azul son totalmente recomendables para aquellos que siempre han sentido fascinación por el último de los planetas interiores. Un mundo que, lejos de lo que nos mostraron las primeras imágenes en los años 70, no está en absoluto muerto.