El día de los trífidos

Una catástrofe a escala mundial acaba de suceder. Bill Masen se encuentra en un hospital, con los ojos vendados y ajeno al evento que cambiará su vida y la del resto del planeta para siempre. Al día siguiente, tras quitarse las vendas y comprobar que está completamente recuperado de su ceguera parcial, descubre que lo que le impidió admirar el espectáculo de la Tierra atravesando la cola de un cometa, es lo que le ha salvado de quedar ciego para siempre, como le ha pasado a prácticamente toda la población. Un desastre (¿natural?) del que se hubiera recuperado con esfuerzo la humanidad, si no fuera por el hecho de que una especie de planta recientemente descubierta y de incierto origen, los Trífidos, están aprovechando la ceguera global para intentar aniquilarnos.

Esta famosa novela, escrita en 1951 por John Wyndham, tiene el mérito de ser un punto de referencia en la ciencia ficción escrita en la segunda mitad del siglo XX. Aparece en el libro de David Pringle “Ciencia Ficción: Las 100 mejores novelas” y su influencia es patente en obras posteriores, tanto literarias como visuales.

El planteamiento inicial y la idea global del libro siguen causando impacto, incluso 60 años después de su creación, aunque el paso de los años ha hecho que su estilo pierda fuerza. No obstante, es de admirar la presencia de ideas que se desarrollarían décadas después en la ciencia ficción y en otros ámbitos, como el ecologismo, el peligro de la modificación genética de especies o la utilización de los peores aspectos de la guerra fría, llena de incertidumbres y de peligros sobrevolando nuestras cabezas. No falta el, quizás algo superficial, análisis del comportamiento humano en situaciones catastróficas, la división entre individuos que luchan por restaurar el sistema social previo y los que intentan reestructurar dicho sistema para adaptarlo a las nuevas condiciones. Es interesante también el tema de la igualdad de la mujer, pues incorpora un personaje principal femenino que podríamos considerar “”feminista” y algunas conversaciones que podrían verse, a ojos de un lector del siglo XXI como alegatos machistas, pero que, dada la época de su creación, más bien deberían percibirse como un primer paso hacia los conceptos de los movimientos de liberación de la mujer.

Por supuesto, otro de los grandes aciertos del autor, son los Trífidos, unas plantas carnívoras que podrían simbolizar el castigo a la arrogancia del ser humano al intentar modificar la naturaleza a su antojo y en su beneficio, aunque las circunstancias de su aparición no se aclaran totalmente en la novela.

Existen adaptaciones cinematográficas, televisivas e incluso en cómic de esta novela. Por todo ello, no de ja de ser recomendable su lectura.

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